El
primer asalto al cielo: La comuna de Paris 1871
Líber
Romero
Hace 140 años los trabajadores de
Paris asumían la defensa de su ciudad ante el avance de las tropas prusianas,
iniciando la primera experiencia de un gobierno obrero en la historia. Durante
60 días se mostró al mundo, en sus aciertos y errores, el carácter distinto de
un gobierno de los explotados.
No fue casual que las clases
dominantes buscaran ahogar a sangre y fuego la experiencia. Sus intelectuales
trataron de extirparla de la historia, estigmatizándola como parte de una conspiración
de la Internacional o minimizarla como una experiencia aislada a una ciudad.
El movimiento obrero comprendió que aún
en su derrota la Comuna demostraba la posibilidad de tomar el poder, pero de que
era necesario prepararse para poder garantizar su defensa y profundización
frente al ataque de la contrarrevolución. Aprendizaje doloroso, pero necesario, de la
clase obrera en su proceso de liberación. Marx y Engels solidarios desde el
primer momento con el movimiento revolucionario reflexionaron profundamente sobre
sus aciertos y errores. Es a partir de esta experiencia histórica que toma
forma el concepto de dictadura del proletariado, ausente en los análisis
previos del marxismo sobre el Estado y la etapa de transición al socialismo.
Al cumplirse un nuevo aniversario del
primer asalto al cielo es imprescindible recorrer sus principales aspectos,
valorando su significado histórico para la lucha del movimiento obrero y
resaltar cuales fueron los aportes que realizó a la construcción de la teoría
revolucionaria.
La revolución de 1848
En 1848 estalla la insurrección en
Francia y se extiende por toda Europa. Nunca hasta el momento una revolución se
había expandido tan rápido, había logrado tantos éxitos y fracasado en tan corto plazo. Más allá de las
diferencias nacionales tuvo dos
características que preanunciaban lo nuevo: a) fue una revolución en donde
quienes se pusieron a la cabeza de las movilizaciones fueron los trabajadores y
b) producto de esta circunstancia la burguesía liberal rápidamente se asocio al
bloque en el poder por temor a la revolución social.
En el proceso se vio como la pequeña
burguesía tenía potenciales tanto revolucionarios como contrarrevolucionarios. En
tanto propietario son conservadores y por lo tanto pueden llegar a formar parte
de la contrarrevolución, especialmente tratándose de aquellas capas de la
pequeña burguesía cuyos status social está muy ligado con la formación
económico-social precedente. En tanto trabajadores pueden integrar el
"bloque revolucionario" en tanto son capas sociales permanentemente
amenazadas por el sistema capitalista con la destrucción y el aniquilamiento. El
sentido político que asuma como clase depende del grado de organización,
desarrollo programático y movilizativo de la clase obrera, es decir de su
capacidad de ser hegemónica. Porque la pequeña burguesía puede tornarse
revolucionarias sólo en la medida en que comienza a defender sus intereses futuros y no los del momento, en la medida en
que puede abandonar su propio punto de
vista para adoptar el del proletariado
La revolución de 1848 será en donde se
enfrenten, clara y directamente, por primera vez la burguesía y el
proletariado. A partir de la misma será una necesidad de primer orden, para
amplios sectores de la clase, generar las herramientas organizativas y
políticas de la clase obrera. Marx y Engels al generalizar la experiencia de las
revoluciones de 1848-1849 plantean la necesidad del deslinde ideológico y
organizativo entre el proletariado y la democracia pequeñoburguesa y la
creación de una organización independiente y clasista del proletariado: el
Partido obrero. Esto no implica que los obreros por si solo puedan hacer la
revolución sino que deben ser capaces de generar una amplia alianza de clases
en donde el papel de vanguardia política-organizativa sea llevada adelante por
ellos.
El bonapartismo
La derrota de la revolución permitió el ascenso en Francia de Luis Napoleón
Bonaparte (Napoleón III) y la creación del II Imperio. Frente a un proletariado
que ha demostrado su capacidad revolucionaria la burguesía cede el gobierno
político a un conductor que permite desarrollar sus necesidades económicas. El
bonapartismo es un régimen de equilibrio,
contradictorio y complejo, entre una clase que no puede asumir el dominio y
otra a que aun no tiene la fuerza suficiente para apropiárselo.
Este se caracteriza
por:
a) Un crecimiento inusual de la casta de los
funcionarios y la camarilla militar. Se crea así una capa social ligada al
emperador que no es controlada por las instituciones seudoconstitucionales.
b) las persecuciones sociales
c) la
demagogia social. Por ejemplo Bonaparte se presenta como el salvador de la propiedad y al tiempo como defensor de la
amplitud democrática (sufragio, plebiscito)
"(…) el
bonapartismo supo aprovechar las inclinaciones conservadoras y reaccionarias
del campesinado para crear la base de masas de su dominación. Para esa época
era la manifestación más clara de la naturaleza social dual del campesinado, de
las peculiaridades de su psicología: el apoliticismo, las “ilusiones del
pasado”, una actitud hostil hacia la
ciudad y las aspiraciones a la propiedad privada. La experiencia del
bonapartismo demandaba con insistencia al proletariado que buscara las vías
para aliarse con el campesinado, para impulsar y activar otra faceta de este
último, la revolucionaria, la democrática. Como lo expresara Marx, es necesario
que el campesino abandone la fe en su parcela, para que la revolución
proletaria obtenga en el campesinado “ese
coro sin el cual su solo en todos los países campesinos se convertirá en el
canto del cisne” . Y en 1856 le
escribió a Engels: “Todo el asunto dependerá en Alemania de la posibilidad de
respaldar la revolución proletaria con una segunda edición de la guerra
campesina” (AA.VV, p.59)
La guerra franco-prusiana y la constitución de
República.
Napoleón III había tratado de mantener
un apoyo social a su gobierno fomentando un nacionalismo exacerbado. El
enfrentamiento con una Alemania que se unificaba y busca un lugar en el reparto
imperialista era previsible. El rápido triunfo del ejército de Bismarck
mostraba el diferente grado de desarrollo industrial y militar de ambos países.
La derrota en Sedan a las puertas de
Paris el 2 setiembre generó el clima para la movilización en los días
siguientes. El 4 de setiembre las masas de la capital francesa bajo el lema “la
patria esta en peligro” se manifiestan, ocupan el parlamento, que timorato aun
no había resuelto proclamar al Republica, y llevan a los diputados de la ciudad
a convertirse en un gobierno de salvación nacional. La guardia nacional que
había sido creada como una organización de ciudadanos burgueses para el orden
público en tiempo de paz había visto aumentar sus efectivos con la
incorporación de trabajadores, este cambio en su composición social la fue
convirtiendo con el correr de los meses en una fuerza revolucionaria que
defendía los intereses del pueblo.
En setiembre de 1870 Marx veía como un
error intentar tirar abajo el gobierno republicano, en un contexto en donde el
ejército prusiano se encontraba a las puertas de Paris. La recomendación a los
trabajadores era aprovechar los
espacios, las “oportunidades”, que brindaban la libertad republicana para
“trabajar la organización de su propia clase”. Es decir que los obreros
franceses no debían jugarse todo a una única carta en condiciones que no les
eran favorables. “Su misión no es repetir el pasado sino construir el futuro”.
El gobierno de salvación cuya cabeza
es Thiers se compone de elementos heterogéneos desde el punto de vista político
(monárquicos, bonapartistas, republicanos) y social (terratenientes,
burgueses). Por el momento el proceso esta comandado por la burguesía. En enero
de 1871 se buscó un tratado de paz que fue firmado el día 26, temerosos del
cerco alemán el gobierno abandona la ciudad y traslada a Versalles. Las
elecciones legislativas del 8 de febrero eran una fotografía de los distintos
niveles de conciencia y organización del pueblo de Francia, la Asamblea
Nacional electa tiene una mayoría monárquica seguida de republicanos
conservadores sin embargo en Paris ganan los republicanos radicales.
Las medidas que toma el gobierno de
Thiers en marzo muestran los objetivos de las clases dominantes y son una clara
provocación a los revolucionarios. Se trata de trasladar las pérdidas de la
guerra a los sectores populares al suprimir la moratoria, que se había hecho en
función de los combates, sobre letras de pago, alquileres y deudas afectado con
ello a miles de trabajadores y pequeños propietarios. A nivel
político-ideológico se censura a los
diarios republicanos y se condena a muerte en ausencia a los
revolucionarios Flourens, Blanqui,
Levraud. Se busca controlar y centralizar la capacidad militar a través del nombramiento de antiguos bonapartistas
al frente de la gobernación de Paris (Vinoy) y de la prefectura de policía
(Valentin) y un general fracasado (d´Aurelle de Paladines) como comandante en
jefe de la guardia nacional. Debilitando la presencia de trabajadores al dejar
de pagar a los 300.000 soldados que dependen de la paga. Por último se trata de
desarmar a la guardia nacional argumentando que los cañones que tiene le
pertenecen a la Republica y debe dárselo al gobierno.
Al no poder imponer todas estas
iniciativas se busca desarmar al pueblo de Paris a través de un operativo
militar el 18 de marzo. La acción se prepara mal, con columnas poco coordinadas
y con soldados que se pliega a la insurrección lo que favorece la victoria de
la guardia nacional. El resultado de
esta acción lleva a que el pueblo asuma el control de la ciudad sin buscarla y
generaba en los hechos un doble poder:
Paris – Versalles.
La
Comuna
El
Comité Central de la guardia nacional asumió la dirección del proceso pero no se autoproclamo gobierno. Temía que un
accionar en este sentido iniciase una
guerra civil, sin asumir que el objetivo de Versalles era la aniquilación de la
independencia de Paris. Atrapado en un
discurso legalista del poder buscó
generarse una legitimidad democrática e
inmediatamente inicio las gestiones para llamar a elecciones. Entre la
toma de Paris y las elecciones de la comuna pasaron 8 días, en los
cuales ya se ve a las clases dominantes buscar generar las condiciones para una
acción directa. La libertad de presa decretada permite a los sectores
privilegiados tener órganos de propaganda y unificación de la oposición, el 21
de marzo manifiestan en contra de las elecciones. Envalentonados intenta
derribar al gobierno revolucionario pero fracasan y huyen a Versalles. En vez
de aprovechar el momento de desconcierto en los sectores reaccionarios, que aún
no han podido organizar su propio ejército, el Comité Central decide seguir
organizando las elecciones que termina trasladando al día 26.
Las elecciones
realizadas en ese marco excepcional tiene la concurrencia de 220.000 electores,
el 70 % del padrón. Entre los 92 miembros de la comuna hay obreros, artesanos,
pequeños comerciantes y profesionales; sus concepciones ideológicas marcan una
gran heterogeneidad (republicanos, prodhonista, bakunistas y marxistas). La
inexistencia de un partido que unificara o hegemonizara las diferentes
tendencias políticas favoreció a que las medidas que se tomaron no estuvieran
coordinadas y que los objetivos no fueran claros.
A ello se suma que el
combativo movimiento obrero se encuentra disperso en diferentes asociaciones (
34 organizaciones sindicales, 7 sociedades de alimentación y 4 grupos de la
Marmita creados por Varlin). Durante el proceso revolucionario la tendencia a
la unificación va estar presente pero sin
tener tiempo de cuajar.
En la dirección de la
Comuna no hay mujeres, pero ellas van a asumir un papel preponderante en los
diferentes ámbitos de la lucha de clases. Un ejemplo es la “Unión de mujeres
para la defensa de Paris y el cuidado de los heridos” que es conducida por dos
miembros de la Internacional Elizabeth Dimitrieff y Nathalie Le Mel.
“La Comuna tuvo que reconocer desde el primer momento que la clase
obrera, al llegar al Poder, no puede seguir gobernando con la vieja máquina del
Estado; que, para no perder de nuevo su dominación recién conquistada, la clase
obrera tiene, de una parte, que barrer toda la vieja máquina represiva
utilizada hasta entonces contra ella, y, de otra parte, precaverse contra sus
propios diputados y funcionarios, declarándolos a todos, sin excepción,
revocables en cualquier momento.”(Engels en MARX, p. 198) Para controlar el Estado, la burocratización y
el oportunismo político la Comuna tomo dos medidas por un lado hizo que el
conjunto de los cargos administrativos, jurídicos y de enseñanza fueran electas
por sufragio universal y al mismo tiempo el salario de los funcionarios no
sería superior a las de un obrero. A ello se sumo una importante
descentralización de las funciones. La nueva forma de gobierno no logró generar
vínculos con las provincias aunque lo intentó. El gobierno de Thiers se cuido
de generar un cerco comunicativo al mismo tiempo que hacia una propaganda
estigmatizadora de la Comuna.
Al hacerlo logró
evitar la necesaria alianza entre los obreros y los campesinos. Marx
afirmaba que la revolución tiene que
solucionar los problemas concretos(los de hoy) del campesinado, tiene que
atraerlo al proceso de cambios. No se trata solo de una alianza política frente
al régimen imperante sino de una alianza
estratégica en la construcción de la sociedad socialista. Se tiene que
tomar medidas que en germen permitan el pasaje de la propiedad privada a la
colectiva, Marx decía que "(…) no se puede aturdir al campesino
proclamando, por ejemplo, la anulación del derecho de sucesión o la anulación
de su propiedad"
Sitiados por Versalles
y el ejército alemán y teniendo el control de la ciudad los revolucionarios no
utilizaron esta circunstancia a su favor. Jourde encargado de las finanzas de
la Comuna se relaciona con el Banco de Francia como si la situación fuera de
normalidad solicitando prestamos, que en algún caso rechazo, en vez de
apropiarse de los recursos necesarios para la defensa de la ciudad e impedir el
flujo de dinero a la gran burguesía.
Entre el 4 y el 12 de
abril se iniciaron conversaciones con Thiers que exige como primera medida el
desarme. Mientras esto sucede Versalles prepara el ataque final contra la
Comuna. La contrarrevolución no puede desencadenar la guerra civil
inmediatamente, debe reunir fuerzas y crear una situación favorable para su
accionar
El ataque final contra
la Comuna fue desarrollado a nivel diplomático, propagandístico y militar. Se
establecieron contactos con el gobierno alemán para permitir que los
contingentes militares del ejército crecieran por encima de los acuerdos de paz
(el máximo permitido eran 40.000 soldados y se llega a 170.000). Se organiza un
ejército con soldados monárquicos, mercenarios, soplones que dada su baja
cohesión necesita la incorporación de los soldados y oficiales presos por los
alemanes. A ello se sumaba que en la orilla derecha del rio Sena estaba
ocupados por las tropas Aleman, que su momento dejaran pasar al ejercito
contrarrevolucionario.
La semana sangrienta y el terror
contrarrevolucionario
Las reformas de la
ciudad realizadas por el Barón Haussmann después de la revolución del 48 había
desarticulado las callejuelas estrechas de París que eran las que permitían el desarrollo de las
barricadas, por el contrario las amplias plazas y bulevares permitían el
traslado rápido de la caballería y la artillería.
El avance del ejército
contrarrevolucionario se encontró con una feroz resistencia que pese a su valentía estaba mal coordinada
y no supo adecuarse al nuevo modelo de lucha. En las calles de Paris murieron
más de 3000 comuneros antes de ceder la ciudad.
El terror
contrarrevolucionario mostró su cara al ejecutar sumariamente entre 17.000 y
20.000 revolucionarios. Sus cadáveres fueron sepultados en fosas comunes o
quemados. Los que sobrevivieron a esta matanza fueron humillados y mostrados
como un espectáculo para las clases dominantes. Se concentro en Versalles a
38.568 prisioneros (entre los cuales habían 1858 mujeres y 651 niños) y se los
agrupo en grandes filas para recibir insulto, ser pinchados con sables o con
las sobrillas de las damas de sociedad. Se los obligo a arrodillarse frente a
las iglesias para luego encarcelados en condiciones insalubres. Una parte de
ellos fueron deportados a Nueva Caledonia o a la isla Num, en jaulas ubicadas
en barcos del Estado desde donde se los desembarcó en medio de la selva y con
escaso instrumentos de trabajo
El transito al socialismo y la
contrarrevolución
A partir de la
experiencia histórico-concreta de la Comuna Marx y Engels maduran el análisis
sobre la etapa de transición al socialismo. Comprenden que con la llegada del
proletariado al poder no desaparecen las condiciones económicas sobre las
cuales se da la lucha de clase y como durante ese período de transición se
pueden generan tendencias contrarrevolucionarias.
La contrarrevolución
burguesa necesita de un respaldo de masas (que actúen activa o pasivamente) por
ello sus acciones deben aparecen con un carácter nacional. La fuerza de choque
de la contrarrevolución son elementos desclasados. En este sentido hay que
tener en cuenta:
a) Que estos sectores corrompidos de por sí son
poco aptas para el combate, para pasar a acciones decisivas la
contrarrevolución debe aglutinarlo y en cierta medida disciplinarlos. Por eso
necesita de las divisiones del ejercito regular no solo de solo de los
oficiales sino de los soldados
b) Este ejército es de por sí solo es endeble y cualquier
resistencia firme hace que desistan o huyan. Aún el contacto prologado termina
desmoralizándolo. Por eso la contrarrevolución tiene que hacer acciones
rápidas, ofensivas. Y esto exige del gobierno revolucionario la misma decisión.
Estas dos características no tiene aplicación en forma literal con la aparición
del ejército profesional moderno. Si la tiene como tendencia del accionar de
estas capas sociales y del papel ofensivo que tiene que tomar el gobierno
revolucionario. A partir de la experiencia de la Comuna quedó demostrado que
toda revolución que quiera triunfar tiene que ganarse al ejército o a parte de
él.
La dialéctica del desarrollo de la revolución
La Comuna enseño que
hay que conservar el control y la iniciativa en el proceso revolucionario o
sucumbir ante el accionar de la contrarrevolución. Es necesario elegir el
terreno y el momento oportuno para el enfrentamiento con la clase dominante.
Enfrentamiento que pasa por diferentes
formas de lucha “pacifica” o no, de violencia directa o encubierta en
función de la correlación de fuerza
entre los contrincantes.
El desarrollo de la
lucha del proceso mostró que el grado de agudización y elevación de la lucha de
clase y las formas en que se expreso dependió del grado de organización,
conciencia y capacidad de movilización de las fuerzas en conflicto. Se pueden
apreciar tres etapas: 1) de equilibrio, potencialmente favorable a la Comuna,
entre el 18 de marzo y el 2 de abril, 2) de conflicto aislado pero permanente
signado por el fortalecimiento de gobierno de Versalles, entre el 2 de abril y
el 20 de mayo y 3) la ofensiva final de la contrarrevolución en la semana
sangrienta del 21 a 28 de mayo.
Esto determina en
buena parte la dialéctica de la vía pacífica y no pacífica del desarrollo de la
revolución proletaria. Después de la Comuna, Marx destinó mucha atención a
este problema. En 1872, Marx declaró: “Sabemos que deben tenerse en cuenta las
instituciones, costumbres y tradiciones de los diferentes países; y no negamos
que existen países como Norteamérica, Inglaterra (…) en los cuales los obreros
pueden lograr su objetivo por medios pacíficos. Pero aunque así fuese, debemos
reconocer también que en la mayoría de los países de nuestro continente es la
fuerza la que debe servir de palanca de nuestra revolución...”.
A fines de la década
del 70 decía: “El desarrollo histórico
puede seguir siendo "pacífico" sólo hasta que quienes detentan el
poder en esta sociedad comiencen a obstaculizar este desarrollo mediante la
violencia. Si, por ejemplo, en Inglaterra y Estados Unidos la clase obrera obtuviera
la mayoría en el Parlamento o el Congreso, podría eliminar por la vía legal las
leyes e instituciones que se yerguen en el camino de su desarrollo (…)Y, de todos modos, el movimiento
"pacífico" se convertiría en «violento» al chocar con la resistencia de quienes están interesados
en el viejo régimen, pero si estos últimos resultan vencidos por la fuerza
(como en el movimiento norteamericano y la revolución francesa), entonces se
sublevarán contra la fuerza "legal"".
“Marx constata que el
proletariado, como clase progresista, está interesado en que el derrocamiento
violento del viejo mundo trascurra en la forma menos dolorosa posible y con ese
fin está dispuesto a utilizar medios pacíficos de lucha. Marx enlaza la
posibilidad de acceder pacíficamente al poder con el grado de desarrollo de la
maquinaria estatal burocrático-militar, vale decir, de la maquinaria que el
proletariado debe destruir. Pero —y esto tiene extraordinaria importancia—
incluso en Inglaterra (precisamente en Inglaterra, decía Marx, es posible la
vía pacífica) es inevitable la “rebelión de los esclavistas”. Al cabo de diez
años Marx se refirió a la experiencia de la guerra civil en EE.UU., en donde
la revolución burguesa comenzó en forma pacífica, por la vía “legal”, en donde
las fuerzas de la reacción (los esclavistas) desataron un levantamiento contrarrevolucionario
y en donde éste fue aplastado por las decididas acciones revolucionarias. La
Comuna completó esta experiencia. Los acontecimientos del 18 de marzo de 1871,
que llevaron al proletariado al poder en París, fueron relativamente pacíficos.
Y la revolución se desarrolló en forma pacífica hasta que Versalles desencadenó
la guerra civil. También la contrarrevolución se desarrolló en forma pacífica,
pero los métodos pacíficos no podían conducirla a la victoria. El análisis de
estos acontecimientos permitió demostrar que la posibilidad de vía pacífica de
desarrollo de la revolución está ligada a la distribución de las fuerzas de
clase. En este sentido, la garantía de la vía pacífica depende directamente de
la fuerza, de la decisión en las acciones y de la fortaleza del nuevo poder
estatal, la dictadura del proletariado"(AA.VV, 78-79)
Las condiciones de triunfo de la revolución
La revolución no puede
triunfar sino están dadas las condiciones objetivas y subjetivas. Aún una
situación revolucionaria de por si no garantiza el triunfo de la clase obrera.
La misma tiene que estar preparada- ideológica y políticamente, una insurrección
prematura está destinada al fracaso por eso el papel del Partido debe trazar
claramente la estrategia y la táctica para la situación concreta. Sin embargo
la actitud de Marx y Engels muestra claramente que frente a la acción de las
masas de nada sirve quejarse de que las acciones no son conducentes, hay que
unirse a la lucha, encabezarla y encausarla.
La lucha política
contra el capitalismo no es una línea recta. “ El capitalismo no puede
sucumbir en forma automática y toda lucha revolucionaria debe ser y es una
lucha en la cual nadie está asegurado contra la derrota. El miedo a la
contrarrevolución que lleva a desistir de la lucha revolucionaria es
oportunismo. Pero el problema no consiste sólo en eso. En determinadas
condiciones, la capitulación sin lucha, sin procurar “tomar el cielo por
asalto”, como subrayó Marx, produce más perjuicio no sólo a un destacamento
dado de la clase obrera, sino, al proletariado en su conjunto.
El 17 de abril, Marx
escribe a Kugelmann que los obreros de París conocían las condiciones
desfavorables para tomar el poder, “también lo sabía la canaille burguesa de Versalles. Precisamente por esa razón
plantearon a los parisienses la alternativa de aceptar el desafío y luchar o
rendirse sin combate. En el segundo caso la desmoralización de la clase obrera
habría sido una desgracia mucho mayor que la caída de un número cualquiera de
"jefes" (…) Cualquiera sea el resultado inmediatos, se ha conquistado
un nuevo punto de partida de importancia histórica universal""(AA.VV
87-88).
La Comuna no sólo no
supo sino que además no quiso utilizar la fuerza, su poder para aplastar a la
contrarrevolución en germen. Es aquí donde aparece desarrollado la categoría de
la dictadura del proletariado, como una época en donde la mayoría de la
población ejerce la fuerza sobre una minoría que no quiere perder sus
privilegios de clase y dejar de ser
dominante
Bibliografía utilizada
AA.VV,
Dialéctica de la revolución y la contrarrevolución, Buenos Aires, Cartago, 1987
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“La guerra civil en Francia” en Obras escogidas en tres tomos, Moscú, Ed.
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