domingo, 14 de abril de 2013

Clío a través del tiempo.



Clío a través del tiempo.

Prof. Líber Romero *

Los primeros relatos históricos

El proceso de recordar es necesario e imprescindible para poder asimilar  y trasmitir información; convertirlo en un mensaje entendible es tan antiguo como el ser humano. Su desarrollo como relato transmitido de generación en generación seguramente estaba presente entre los primeros homínidos. El arte de cazar, pescar o recolectar necesita que los participantes recuerden cual es el mejor lugar en donde se encuentran ciertos animales, la forma de atraparlos o qué frutos se pueden o no  comer.
La explicación mítica de los sucesos que sorprenden  y abrumaban a los primeros ser humanos va unida a la división de tareas dentro de la comunidad. Ejemplo de esto son las  pinturas rupestres  que denotan una alta calificación técnica lograda por no participar directamente de las actividades de supervivencia o  los enterramientos ceremoniales que demuestran  la creencia en un más allá.
La aparición de la agricultura y la domesticación de animales va a generar las bases para la conformación de grupos humanos que comienzan a apropiarse de una parte del excedente; estos luego de su imposición por la fuerza van a necesitar construir un relato de justificación ideológica.
En las sociedades ágrafas la tradición cumple el papel de justificar y transmitir lo que se considera importante para su estabilidad y perdurabilidad. Los elementos mnemotécnicos insertos en las oraciones o en los versos épicos son notables, sin embargo el relato oral puede ser deformado al transmitirse lo que puede generar problemas de interpretación por parte de sus oyentes.

La escritura y los mitos de origen

La  creación de un código abstracto, en su origen elitista, como es la escritura cristaliza y fortalece el dominio ideológico. En los primeros relatos escritos, en distintas civilizaciones, observamos como las clases dominantes unen su origen a los dioses(El relato de Gilgamesh). Los mitos de orígenes reafirman la división social debido a que el poder viene del más allá y esto no solo se da en sociedades monárquicas  basta recordar  como las familias patricias romanas que asociaban su nombre al de una divinidad durante la República.
El relato de los hechos acontecidos: la historia (o como usaremos de aquí en adelante en forma indistinta: la historiografía) nace como un discurso justificador de las relaciones sociales existentes. El control del pasado, de su interpretación y por lo tanto de la visualización de los caminos recorridos o de la  posibilidades de otros, ha sido siempre esencial para el dominio consensual: el que controla la representación del pasado tiene mayores posibilidades de determinar los marcos culturales y por  lo tanto de la interpretación que se haga del presente y de las potencialidades del futuro.
Durante siglos el producto  historiográfico estaba destinado a una elite que homogenizaba así su discurso, se cohesionaba y  aprendía de ella el arte de gobernar. Relato a veces anecdótico, de exaltación de personajes o de demostración de la presencia divina tuvo momentos de elaboración que trascienden a su época al buscar las causas humanas de los acontecimientos.

El nacimiento de la historia

En el mundo occidental la historia nace en Grecia para evitar el olvido, aprender del pasado y ser maestra de la vida; será un relato de los hechos verosímiles pero humanos que se irá convirtiendo en universal bajo el dominio romano. Si esta historia tenía un sentido cíclico aún está en discusión, pero será con la concepción judea-cristiana de creación divina del mundo y juicio final  que el sentido histórico se convertirá en lineal  con un principio y un fin. La hegemonía católica -especialmente a través de la interpretación de Agustín de Hipona- introducirá un motor de la historia externo a los hombres; dios escribirá- aunque sea en forma torcida- la gran obra de la que su creación son los actores.
El desarrollo de una nueva clase social, del comercio en gran escala, del avance científico-técnico sumado al contacto con otras culturas entre otros factores llevara al cuestionamiento de la forma predominante de ver al mundo. La modernidad traerá  nuevamente al ser humano y a su condición de sujeto del cambio como centro de la reflexión historiográfica  Se producirá una historia secular que centrada en los grandes hombres pero que ira dejando a la providencia de lado. Historia  con un sentido lineal de progreso infinito, en donde se creía que el desarrollo de la razón posibilitará un mundo mejor.
Es en el marco de discusión con la iglesia en tormo a sus posesiones (la donación de Constantino) que se irán refinando las técnicas de análisis documental. Este avance en el trabajo con fuentes no implicará un gran cambio  de la valoración social de la historia que permanecerá  como un lugar de donde sacarán ejemplos  la retorica, la política o la filosofía.

La historia-ciencia

La Revolución Francesa y los cambios que con ella comienzan van a permitir el desarrollo de la historia como ciencia social. Será en Alemania en donde la historia adquiera su sitial entre las ciencias, paradójicamente a raíz de defender la cultura nativa de los impactos de la revolución. Los historiadores alemanes (con Ranke a la cabeza)sintetizaran siglos de aprendizaje generando un método científico de investigación del pasado. El objeto esencial de la historia es la política, por lo que se centraba en el Estado y era por lo tanto una historia nacional e internacional. Incluía la historia de la iglesia como institución y de la guerra.
Este desarrollo de la Escuela alemana de historia se difundirá por el continente y recién a finales del siglo XIX la historiografía adquirirá un estatuto propio entre las ciencias, siendo incluida como una cátedra dentro de las universidades. La historia se convertirá en ciencia en el mismo momento en que  los estados europeos inicien su proceso imperialista.
La objetividad defendida en esta etapa, en donde se afirmaba que el fin era relatar “los hechos como realmente sucedieron” o escribir un relato de ”la guerra francoprusiana que se compartido por franceses y alemanes”, justificará en el fondo al Estado-nación y su expansión. El relato histórico creará mitos nacionales  (los galos entre los franceses por ejemplo) que se masificarán con la introducción de manuales en la escuela pública. La inclusión de amplias masas, producto de la lucha de los trabajadores, a la ciudadanía reclamaban un discurso del pasado unificador.
Esta construcción hegemónica  sufrirá el embate del movimiento obrero y de las ideologías asociadas al mismo. El marxismo trae intrínsecamente una teoría de la historia  cuestionadora de cualquier permanencia, sin embargo sus fundadores no la desarrollaron más que en algunos aspectos. Estos esbozo geniales serán estructurantes de la discusión  historiografía del siglo XX, al decir de Pierre Vilar el desarrollo posterior se harán siguiendo la premisas del marxismo o tratando de superarlo.
Afirmar que todo está relacionado con todo y en constante movimiento contradictorio  y que esto no es parte de la esfera del espíritu sino del desenvolvimiento social llevó a una revolución de la forma de pensar la sociedad. Afirmado esto no hay que sacar la conclusión de que el llamado materialismo histórico se haya desarrollado siempre bajo estos fundamentos.
 Así la historia-ciencia era al mismo tiempo un producto refinado de la construcción del Estado burgués y un arma para la revolución de los sectores subalternos.

La historia en el siglo XX
En el siglo XX la idea de progreso constante de la humanidad y su racionalidad se enfrentó con la cruda realidad de dos guerras mundiales de carácter total, varios genocidios y periódicas crisis económicas en el marco general del enfrentamiento del capitalismo con el socialismo a partir de 1917. Los historiadores intentarán dar respuestas a estas cuestiones de diferentes maneras al tiempo que construían  sus categorías de análisis y métodos de investigación en discusión con otras ciencias.
La historia recibió las primeras críticas a su estatus científico de otras ciencias que buscaba ocupar su lugar (sociología y antropología) y que le cuestionaban su trabajo de campo. Hacia la década del 30 los neopositivistas(Hempel, Danto, Popper), retomando algunos de estos elementos,  le reclamaban que cumpliera con todos los pasos del método científico y que tuviera la misma precisión que la física. Esta discusión sobrevoló a los historiadores que estaban más dedicados a desarrollar que a discutir el trasfondo epistemológico  de su práctica.
En especial a partir del fin de la segunda guerra mundial la intención de los historiadores fue lograr una historia total. La investigación inter y multidisciplinaria, los congresos de historia, la profesionalización y  la difusión masiva de libros entre otros elementos  permitieron que los historiadores fueran mejorando las técnicas de investigación y precisaran las categorías de análisis de la realidad (aunque sea es  sus diferencias por ejemplo sobre que es feudalismo o cuando comienza el capitalismo). En algunos países la historia saldrá de la academia para convertirse- sin perder cientificidad- en un producto de consumo masivo en programas de televisión o asesoramiento a películas (El regreso de Martín Guerre).
La segunda mitad del siglo XX se encontró con que los historiadores  consideraban como objeto de estudio el conjunto de las cosas realizadas por el ser humano, con lo que el concepto de fuente se amplió notoriamente. La refinación de técnicas, la incorporación del ordenador y la lucha de sectores sociales por su reconocimiento como sujetos posibilitó el acercamiento a grupos humanos que  hasta el momento habían sido marginados de la historia (trabajadores, mujeres, negros, jóvenes). Este sustancial avance en torno a comprender la complejidad social  en vez de producir una historia total enriquecida por diferentes miradas llevo a su fragmentación.
En su momento de mayor esplendor la historiografía  deberá soportar el embate de autores que la volvían a colocar como parte de los géneros literarios. Ya no era el cuestionamiento a si era o no ciencia sino que por su forma narrativa era un discurso, cuya validez o  no dependía de los criterios éticos del historiador (White, Veyne).
Sin embargo el golpe más duro para la historia como ciencia de la totalidad y del devenir provino de la crisis del marxismo. El ataque a los metarelatos realizado por los posmodernos sumado al abandono del marxismo como teoría explicativa por un conjunto importante de intelectuales fue corrosivo para importantes pilares de la teoría  de la historia-ciencia.

La historia en el siglo XXI

En  forma esquemática  podemos ver que en las últimas décadas la historiografía se caracteriza por el eclecticismo, la dispersión temática y la refinación técnica. Se ha ganado en conocimiento de lo particular pero sin que ello implique una búsqueda de una síntesis superior para  desentrañar el todo.
Un conjunto formas de hacer historia conviven, se superponen y a veces colaboran (historia de las vidas privadas, del cuerpo, de las mujeres, de los jóvenes, de la cultura, etc). En este contexto la historia reciente ha ido adquiriendo un estatuto propio diferenciado su campo de la memoria, ha resurgido la historia política y las biografía. Los estudios históricos tienden a la corta duración, a lo local o singular. ¿Crisis de la historia? ¿historia en migajas?¿nuevas formas de ver el pasado producto de una cambio de régimen de historicidad?¿etapa de transito a nuevos paradigmas o de formulación de los viejos? , preguntas abiertas para un futuro incierto en una disciplina que sigue en construcción pero sin un rumbo claro o por lo menos explícitamente consensuado.
En estas breves líneas hemos intentado mostrar como la forma de escribir historia ha variado a través del tiempo, en función del marco histórico-concreto en que se realiza la obra, los hombres al decir de Bloch “se parecen más a su tiempo que de sus padres”. Estamos convencidos que conocer el proceso  producción historiográfica  nos permite ser más críticos al leer los relatos que sobre el pasado nos llegan. Este es el objetivo de los artículos que ocuparán este espacio y que esperemos sean de utilidad. 

*Profesor en formación docente en Historiología.

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