Hegel
y la autoconciencia del espíritu
Prof. Líber Romero*
El idealismo Alemán alcanza su cumbre
con el desarrollo filosófico de Hegel. A diferencia de sus antecesores (Herder y Kant) la historia es un eje central
de su sistema filosófico. Abordar la reflexión sobre el tema implicaría tratar
el conjunto de su obra algo que es imposible en el breve espacio de un artículo
de divulgación; haremos si referencia fragmentaria a sus tesis.
La
historia como realización del espíritu
En la base de la filosofía de
la historia de Hegel “(…) se halla la
identificación de las categorías del ser y el pensar, esto es, de la ontología
y la lógica, así como la manifestación dialéctica de ambos. Ni la historia del
pensamiento, ni la reflexión sobre la historia pueden ser algo meramente
externo, porque la historia del mundo no es algo diferente de la construcción
dialéctica del Espíritu. Mientras que la filosofía de la naturaleza considera
la Idea fuera de sí, exteriorizada, la filosofía de la historia —como
filosofía del espíritu— considera la Idea en sí y para sí, constituyendo la
coronación del sistema.” (ROLDAN, p.86)
El idealismo hegeliano busca explicar
el desarrollo del Espíritu (la Razón que trasciende a los individuos) que incompleto
en un principio (en tanto que lo
absoluto no se da en forma inmediata) logra su complitud en la historia. El
espíritu se contrapone con la
naturaleza y al negarla se reconoce,
toma autoconciencia, se amplia, se desarrolla hasta ser el espíritu Absoluto
que es la finalidad del proceso histórico.
El devenir histórico es una génesis de
formas cognitivas, las formas en como el hombre entiende al mundo y a su
destino en él. El espíritu busca ser libre, completo y
absoluto por lo que se despliega generando la historia; lo universal se realiza en lo
histórico concreto. En este proceso, que es producto de una
racionalidad, no existen accidentes sino que todo es necesario. Existe un
trasfondo lógico-dialectico: la conexión universal entre objetos y fenómenos, y
que el movimiento es permanente y contradictorio.
El plan de la Razón es inteligible por lo que Hegel diferencia a los historiadores comunes (que se queda con
los datos concretos) de los historiadores filosóficos que buscan elevar los
datos aparentemente inconexos a verdades necesarias. “Los acontecimientos de la historia no son sino momentos del
despliegue del Absoluto (que se objetiva en las diferentes etapas de su
desarrollo en los fenómenos del arte, del derecho, de la filosofía o de la
religión), pero autodeterminándose y reconociéndose a través de esos
acontecimientos hasta conseguir la autocomprensión total de sí mismo. “(ídem)
El
proceso histórico aparentemente se repite pero siempre en forma acumulativa
(progreso) del espíritu por lo que este desarrollo es complejo, contradictorio
y tiene un sentido en espiral. Hegel en el pasado cuatro etapas: 1- El mundo
oriental (China, Persia, India, África), que tiene como característica el
despotismo, la teocracia y el patriarcalismo pero ha cumplido la función
despertar al hombre y comenzar su separación de la naturaleza, 2) el mundo
griego en donde existe armonía entre el individuo y comunidad lo que
posibilita la democracia(algo que no se
volverá a repetir), 3) El mundo romano en donde se nota como el individualismo se
apodera del República romana y que terminará en la sujeción de todos a uno
solo. Sin embargo el derecho romano será una conquista de este periodo. 4) El
mundo germánico en donde se adopta el principio cristiano del valor infinito de
los individuos y se adopta el principio de la libertad que se manifiesta en sus
instituciones.
Merece
mencionarse, en tanto influyente en el futuro, su visión sobre una América en
donde “(…)establece taxativamente la
«debilidad» e «inferioridad» tanto de la naturaleza animal como humana de
América. Es cierto que Hegel repite con ello un lugar común de la época basado
en pésima información y prejuicios —una imagen similar se encuentra también en
Kant (…) En la versión de Hegel, América es un mundo surgido tardíamente al
igual que Oceanía, sus habitantes no llegaron a desarrollar culturas
significativas y se mostraron fácil presa de los conquistadores. Su endeblez
llega hasta el extremo de que en ciertas regiones los jesuitas deban
recordarles a los indicios, mediante el tañer de una campana a medianoche, el
cumplimiento de sus deberes maritales. La debilidad congénita y la indolencia
de los precolombinos ha hecho necesaria la importación de «negros», más aptos
para el trabajo y más receptivos para la cultura. El americano no conoció ni el
caballo ni el hierro, instrumentos «absolutos» para fundar un «poder» (no se
menciona en cambio la ausencia de la rueda, que hace más admirables aún sus
construcciones). La historia americana es sólo un anexo de la europea, ni el
Descubrimiento ni la población indígena parecen tener cabida en la «historia
mundial». Lo que falta en el indio es el sentido de «dignidad» y «orgullo» que
caracteriza al europeo y sus habilidades”(MATE,pp.112-113)
Las
contradicciones
La idea de la existencia de un
trasfondo inteligible, de leyes históricas, es sin duda un aporte de Hegel a la historiografía, no obstante es aquí donde se produce la
contradicción entre el filósofo del
cambio permanente y el hombre político defensor del status quo. El filósofo argumentará que no existen
instituciones permanentes ya que las mismas constituyen un momento fugaz en el
proceso histórico; en tanto que el ser político, que tenía como ideal una monarquía
constitucional que sirviera de garante a la libertad individual, la libertad de
expresión y a la propiedad privada, buscará fundamentar al Estado prusiano.
La contradicción se soluciona
fosilizando al presente. Si todo marcha en función de un desarrollo racional,
todo lo existente es racional al decir de Hegel “ lo racional es real y lo real
es racional”, esto implica que cada fase del desarrollo histórico cumple con un
objetivo seamos conscientes del mismo o no. Así la crítica y la trasformación de lo existente queda marginada al propio
desarrollo objetivo del espíritu.
El Estado se convierte en el garante
de las libertades individuales pero al mismo tiempo se encuentra por encima de los
hombres; Este en tanto construcción racional será la síntesis contemporánea de
la Razón.
Los
grandes hombres
Hegel ve que cada nación tiene un
espíritu del pueblo característico que se ve reflejado en los fenómenos que
asociamos a ella (religión, instituciones políticas, código moral, sistema
jurídico, costumbres, la ciencia y la técnica). En el proceso histórico cada
nación realiza un aporte peculiar a la historia del mundo, por lo que en algún período
puede encarnar la vanguardia del proceso y en ese momento las demás naciones
deben dejarle paso.
Lo universal, particular y lo único coexisten
en la historia y a veces surgen hombres extraordinarios capaces de llevar
adelante lo más avanzado de la organización de la vida. Estos grandes hombres sin quererlo, en tanto buscan su interés
personal, realizan un propósito mayor. Los mismos son indispensables en tanto
que las ideas son impotentes sin el respaldo de la fuerza de la voluntad.
Estos grandes hombres no puede ser
juzgados con las normas morales
ordinarias "Tales hombres pueden tratar
inconsideradamente otros grandes, o hasta sagrados, intereses; conducta que en
realidad está expuesta a la represión moral. Pero tan poderosa forma tiene que
pisotear muchas flores inocentes, hacer pedazos muchos objetos a su
paso"(HEGEL). La justificación de un gran timonel sin amarras morales está
planteada.
Marx pondrá de cabezas al pensamiento hegeliano, haciendo hincapié en
el cambio “todo lo real se desvanece en el aire”, sin embargo algunas rémoras conservadoras del pensamiento
hegeliano se verán en el marxismo del siglo XX.
*Profesor en historiología en formación docente
Bibliografía citada
MATE,
Reyes(ed)(2005) Filosofía de la historia, Madrid, Trota
ROLDAN,
Concha,(1997) Entre Casandra y Clío. Una historia de la Filosofía de la
historia, Madrid, Akal,
Publicado en El Popular. Semanario, Uruguay, 29 de noviembre
de 2013, N 252, 3ra época
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